En esas últimas tardes de agosto, cuando empieza a ser notorio que el sol se despide cada vez más temprano, las playas comienzan a vaciarse progresivamente, como si el verano mismo, con gesto discreto, recogiera sus cosas en silencio.
Esas señoras tan señoreadas siempre me han parecido fascinantes, a los 5 años y ahora a los 45. Sus bañadores de colores ocres que realzan su moreno azul oscuro casi negro, sus collares siempre con detalles dorados, sus escotes generosos surcados de arrugas tan profundas como su bronceado, su arte para tomarse el cortado a la mañana en la heladería de abajo de su apartamento, su capacidad de pasarse horas sentadas en la silla reclinable de la playa, ya sea rellenando crucigramas o leyendo intrigas vaticanas, y su capacidad en el arte de la conversación.
Tan serenas se las ve en la playa. Divinas que saben disfrutar y que esmeran un sentido de confianza y fe: “ todo va a estar bien, chiquita…. Calma,” me dicen con cada sonrisa radiante. 🌸
Bellísimas tus palabras, como siempre. Y un texto súper evocador, realmente ha sido como estar observando a estas señoras mientras leía. Espero que disfruten la playa que les dejamos. Y para nosotros un gran septiembre de vueltas, y revueltas :)
Me has hecho pensar en una de mis colecciones favoritas: "By the sea side" de The Anonymous Project. Todas las fotografías del proyecto son una maravilla, ahí encontrarás los finales de muchos veranos y un reflejo de la vejez muy poco caricaturizado :)
Ni me voy a despeinar para contestar a este envenenado comentario y aviso de antemano de que lo que te voy a decir no sólo no te va a gustar sino que además va a encender todavía más la rabia que no te ha dejado dormir esta noche: ni leí tu texto, ni sigo tu cuenta, ni me interesa lo más mínimo. Me solidarizo con los sentimiento de impotencia que albergas en tu interior, especialmente por el sobresalto que has debido sufrir esta mañana si, como yo, has leído en el ABC un artículo de opinión también titulado “El final del verano” (https://www.abc.es/cultura/cultural/final-verano-20240905182832-nt.html). Que ya no sé si me ha plagiado a mí, a ti o al Dúo Dinámico. Baja los humos: que si las dos tuviésemos el talento de un buen escritor no nos hubiese hecho falta enumerar las mismas obviedades sobre la llegada del otoño (que las sombrillas se cierran, las playas se vacían, los día se hacen más cortos… qué original, a nadie se le hubiese ocurrido) ni habríamos plagado nuestro texto de citas de otros (todos grandes, eso sí). Y por cierto, aplaudo ese ingenio claramente desaprovechado que tienes para escoger títulos: La elegancia del erizo. ¿No era un libro de Muriel Barbery? Casi se me atraganta el café.
Esas señoras tan señoreadas siempre me han parecido fascinantes, a los 5 años y ahora a los 45. Sus bañadores de colores ocres que realzan su moreno azul oscuro casi negro, sus collares siempre con detalles dorados, sus escotes generosos surcados de arrugas tan profundas como su bronceado, su arte para tomarse el cortado a la mañana en la heladería de abajo de su apartamento, su capacidad de pasarse horas sentadas en la silla reclinable de la playa, ya sea rellenando crucigramas o leyendo intrigas vaticanas, y su capacidad en el arte de la conversación.
Yo de mayor quiero ser jubilada playera.
Tú y yo, algún día, jubiladas en las playas de nuestra tierra querida ♥️
Voy pillando sitio en la playa. A nosotras no nos hace falta sombrilla!
Tan serenas se las ve en la playa. Divinas que saben disfrutar y que esmeran un sentido de confianza y fe: “ todo va a estar bien, chiquita…. Calma,” me dicen con cada sonrisa radiante. 🌸
Las grandes olvidadas ❤️ Un abrazo Dany
Qué bonito texto. Me ha encantado.
Curioso que todos sepamos de qué señoras hablas.
A partir de ahora me fijaré bien. Si aún reposan en la playa cual estatuas, quedará verano.
Feliz vuelta a la rutina. Y que haya muchos momentos de olas y jazmín.
Gracias, Isabel ❤️ Me está costando mucho la vuelta... un abrazo fuerte
Aunque amo el otoño, me encanta la idea de ser una mujer que aprende a no contar el tiempo cuando está ante el sol 🤍✨ ¡Que precioso texto!
Gracias Michelle ❤️ Un abrazo de una que no le queda otra mas que aprender a amar el otoño...
Bellísimas tus palabras, como siempre. Y un texto súper evocador, realmente ha sido como estar observando a estas señoras mientras leía. Espero que disfruten la playa que les dejamos. Y para nosotros un gran septiembre de vueltas, y revueltas :)
Volver a empezar 🥹❤️🩹
🤗😉
maravillosas 🧜🏽♀️
Poco se habla de ellas ❤️
Me has hecho pensar en una de mis colecciones favoritas: "By the sea side" de The Anonymous Project. Todas las fotografías del proyecto son una maravilla, ahí encontrarás los finales de muchos veranos y un reflejo de la vejez muy poco caricaturizado :)
¡Qué fantasía! Es exactamente lo que andaba buscando. Mil millones de gracias por esta referencia ♥️ :)
Mala escribiendo hoy desde la playa
Apurando hasta el final ♥️
Estoy de acuerdo de que ningún cosmético puede igualar a experimentar la realidad. ❤️
¡Viniendo de ti, es mucho decir! 🩷
De nada por la inspo ;)
Ni falta que me ha hecho 🤣
Ni me voy a despeinar para contestar a este envenenado comentario y aviso de antemano de que lo que te voy a decir no sólo no te va a gustar sino que además va a encender todavía más la rabia que no te ha dejado dormir esta noche: ni leí tu texto, ni sigo tu cuenta, ni me interesa lo más mínimo. Me solidarizo con los sentimiento de impotencia que albergas en tu interior, especialmente por el sobresalto que has debido sufrir esta mañana si, como yo, has leído en el ABC un artículo de opinión también titulado “El final del verano” (https://www.abc.es/cultura/cultural/final-verano-20240905182832-nt.html). Que ya no sé si me ha plagiado a mí, a ti o al Dúo Dinámico. Baja los humos: que si las dos tuviésemos el talento de un buen escritor no nos hubiese hecho falta enumerar las mismas obviedades sobre la llegada del otoño (que las sombrillas se cierran, las playas se vacían, los día se hacen más cortos… qué original, a nadie se le hubiese ocurrido) ni habríamos plagado nuestro texto de citas de otros (todos grandes, eso sí). Y por cierto, aplaudo ese ingenio claramente desaprovechado que tienes para escoger títulos: La elegancia del erizo. ¿No era un libro de Muriel Barbery? Casi se me atraganta el café.